Edward Said (n. 1936) se vio obligado a abandonar Palestina con su familia en 1948. Su formaci?n intelectual se desarroll? en Egipto y, fundamentalmente, en Estados Unidos, en cuya ciudad de Nueva York reside, como profesor de la Universidad de Columbia. Precisamente es esa conciencia de exiliado uno de los factores que animan un pensamiento en el que paradoja y contradicci?n ?consecuencias de una determinada forma de estar en el mundo? son elementos constitutivos. Un marco del que extrae su pertinencia el problema de la identidad, especialmente acuciante en un ser que, sobre todo a partir de la guerra de los Seis D?as, hab?a tomado conciencia de su calidad de palestino, en un universo en el que la cultura como forma de apropiaci?n de la realidad no muestra la menor voluntad de interpretar dicha realidad desde ella misma. La colonizaci?n ?particularmente, pero no s?lo ella, la del mundo ?rabe?, las relaciones entre la textualidad y el mundo y el papel de los intelectuales, son los tres polos entre los que se desarrolla la reflexi?n de Said y que se encuentran en la base de sus obras m?s significativas: Orientalismo y Cultura e Imperialismo. Obras en las que se muestra la capacidad de la cultura imperial para reconstruir el mundo colonizado, de modo que pueda ser apropiado y puesto a su servicio. Junto a ello, y como muestra de un compromiso pol?tico que no deja de ser tambi?n un compromiso con la realizaci?n de la propia identidad, su entrega a la causa palestina (fue miembro del Consejo Nacional palestino de 1977 a 1991), que ha dado origen a varias obras y a numerosos art?culos, siempre muy cr?ticos con la pol?tica de la actual Autoridad Palestina y en cuyo trasfondo siempre est? presente el tema de la identidad, una de las consecuencias m?s sangrantes de la desposesi?n. La riqueza y la complejidad del pensamiento de Said hallan su mejor expresi?n en esta obra, que analiza con profundidad y perspicacia las distintas variables de su reflexi?n y permite una aproximaci?n certera a uno de los aspectos del coraz?n de la claridad.