El estudio cient?fico de los terremotos es relativamente reciente, explic?ndose as? el que todav?a sea demasiado amplio el colectivo que los considera un castigo divino. En la historia de la sismolog?a ocupa lugar muy destacado el temblor de tierra que asol? Lisboa el d?a uno de noviembre de 1755. A partir de entonces, comenzaron a interesarse por ese fen?meno astr?nomos, fil?sofos, ge?logos y matem?ticos, propiciando as? que llegaran a sentarse las bases de la sismolog?a moderna. Los inicios de tan interesante disciplina cient?fica en Espa?a ya aparecen en el archipi?lago filipino, en la segunda mitad del siglo XIX, gracias a la importante labor que desempe?aron en el observatorio de Manila los miembros de la Compa??a de Jes?s. Andaluc?a oriental fue protagonista principal en este asunto, no en vano se produjo en ella el gran terremoto del 25 de diciembre del a?o 1884, que supuso la completa destrucci?n del pueblo granadino de Arenas del Rey y su obligada reconstrucci?n en otro emplazamiento. La ocurrencia de semejante cat?strofe supuso el detonante de los estudios sismol?gicos en la Espa?a peninsular, continuando los que ya ven?an efectu?ndose en la Compa??a e institucionaliz?ndose definitivamente con la incorporaci?n a los mismos del Instituto Geogr?fico y Estad?stico. A sus ingenieros ge?grafos se debieron c?lculos matem?ticos que facilitaron la aplicaci?n de f?rmulas sismol?gicas, la confecci?n del primer mapa sismotect?nico y la gesti?n de la amplia red de observatorios sismol?gicos.