Este primer volumen presenta setenta y siete artículos publicados porIrene Polo en sus primeros años como periodista, una docena aparecidos en la prensa cinematográfica, en la que apenas pudo firmar sustextos, y la mayor parte en un diario liberal y decimonónico, LasNoticias, en el que fue la única mujer y la única reportera. Fascinada por su profesión y por la ciudad, Polo recorrió celebraciones,acontecimientos y entrevistó a multitud de personas, muchas de ellasciudadanos corrientes, en especial mujeres con una historia quecontar. Describió espacios públicos recobrados, entró en el Ritz si la personalidad lo merecía y recogió el bullicio de la modernidad y lademocracia que apuntaban en el horizonte republicano. También losnúcleos de sordidez y pobreza que persistían en la ciudad. «Su puntode vista formó parte de la renovación del periodismo recargado ypomposo propio del siglo anterior. Lejos de trabajar en la redacción,se acercó a la ciudadanía a través de las crónicas y las entrevistas y se alejó de los despachos oficiales». Del Prólogo de FrancescSalgado«Su artículo era fluido y eléctrico, con diálogos irónicos einteligentes, descripción casi cinematográfica y detalles quereconstruían esa vieja realidad en tus retinas. No tenía nada queenvidiar a las crónicas de Chaves Nogales, y el estilo era igual devibrante». Javier Borràs, Jot Down«Fue la primera auténtica periodista de este país». Andreu Avel·líArtís«Irene Polo fue la mejor periodista de la República». Joan SafontUna reportera atrevida, irónica y vitalista que irrumpió con vozpropia en la prensa de finales de los años veinte.Irene Polo Roig (Barcelona, 1908-Buenos Aires, 1942). Definida en sudía como «la periodista más importante» de la ciudad, asumió conapenas 27 años la coordinación de los diarios barcelonesesL’,Instant o Última Hora. Republicana, autodidacta y lesbiana,se formó en la prensa cinematográfica y escribió a partir de los añostreinta unos innovadores reportajes sobre Barcelona y sus gentes.Todavía resultó más radical la denuncia de la pobreza y de lacorrupción política y sindical. En el momento álgido de su carrera, en enero de 1936, se convirtió en la secretaria de la compañía teatralde Margarita Xirgu, con la que emprendió una gira por Latinoaméricaque el estallido de la Guerra Civil convirtió en exilio. Se instaló en Buenos Aires a partir de 1937, donde conoció a la burguesíaprogresista argentina. En 1939 consiguió reunir con ella a su familia, aunque la derrota, las dificultades del exilio y el auge imparabledel nazismo la sumieron en una profunda crisis. Se suicidó en 1942 ysu trabajo permaneció en el olvido hasta el siglo XXI.Francesc Salgado-de Dios. Doctor en Periodismo, docente e investigador universitario durante veinte años, se ha especializado en género ehistoria del periodismo.