La idea de establecer una comunicaci?n permanente, y navegable, entre el Mediterr?neo y el Golfo de Arabia es tan antigua como la historia. A los bald?os intentos de faraones, reyes y emperadores, siguieron los de los califas, que s? lograron su prop?sito.
Durante la invasi?n liderada por Napole?n se reconsider? el proyecto, aunque su corta estancia en Egipto solo permiti? la redacci?n del mismo. En todo caso ya estaba lo bastante asentada la necesidad estrat?gica de unir entre s? a los dos mares, como se demostr? a?os despu?s con la apertura e inauguraci?n del canal de Suez, gracias a Ferdinand de Lesseps. Menci?n aparte merece el firme apoyo que le prest? siempre su sobrina granadina Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia, la cual presidi? la ceremonia correspondiente.